viernes, junio 16, 2006

Capítulo 16

-Le digo que ahora me es imposible! No me... pero... escu... ¡no cuelgue!... ¡Maldición!- Gedeón cuelga bruscamente el tubo del teléfono y recorre su frente con las yemas de sus dedos, indeciso, evalúa opciones, calcula excusas, da pasos sin sentido por el despacho, su frente está visiblemente irritada de tanta presión y fricción digital.

Instintivamente, la secretaria se quita los anteojos y frunce el ceño cuando ve a Holzman dar un portazo y balbucear al pasar -vuelvo en una hora- este hombre está como un energúmeno, ¿qué bicho le habrá picado? Salir así... ya lo decía mi abuela, a la gente nunca acaba uno de conocerla. La desconcertada mujer retoma el reflejo de respirar e intenta volver a su rutinario trabajo.