jueves, junio 01, 2006

Capítulo 11

¿Cómo Simona había sido capaz de traicionarlo de esa manera? El se sabe interesante, aunque no necesariamente lo que una mujer consideraría un “churro”, pero es consciente de que los años dibujados en los surcos de su cara, la plata que riega su cabello y su perfil meditabundo le confieren un aspecto muy atractivo sobre todo para mujeres que necesitan sentirse protegidas. Al menos eso se repite internamente Gedeón para darse valor cada vez que la vergüenza le dificulta el cruce de miradas o seguir una conversación con alguna dama. Lo carcome el pensar en lo que sintió desde que volvió a la oficina después del almuerzo y vio las fotos acurrucado debajo de su escritorio, en que no pudo parar de considerar e imaginar situaciones e hipótesis para que los hechos llegaran hasta esos extremos ¿Acaso era justo que aquella muchacha se hubiera burlado de sus sentimientos y su confianza? Aún a estas horas de la noche sigue rumiando el discurso que hubiera querido escupirle aquella tarde cuando la vio en aquel encuentro calculado por sí mismo, pero que fue incapaz de asumir al sentir la furia que recorría sus venas provocando el colapso total de sus sentidos. Sólo había sido capaz de esbozar una sonrisa nerviosa y huir.